3 preguntas para el Prof. Jean-François Chatal, pionero de la medicina nuclear en Francia

El profesor Jean Francois Chatal dirigió el departamento de medicina nuclear del Hospital Universitario y del Centro Oncológico de Nantes. Con su equipo iniciaron la instalación de un ciclotrón de alta energía y alta intensidad, denominado Arronax para la producción de radionúcleidos innovadores para la medicina nuclear. El año 2013, Jean-François Chatal fue premiado en París con la medalla Antoine Béclère por su labor en el desarrollo de la medicina nuclear.

¿Cómo se sintió al estar involucrado en el comienzo de la medicina nuclear en Nantes?

Jean-François Chatal : A principios de los años setenta éramos optimistas. Todo un campo de posibilidades se abría delante de nosotros. La medicina nuclear era entonces una disciplina reciente. Ella apareció en Nantes en 1962, yo me involucré en 1969. Pero no siempre hemos navegado por un río largo y tranquilo. A partir de los años 90, una inversión de la tendencia, nos volvió pesimistas e incluso pensamos en la desaparición de la disciplina. ¿Por qué? El aumento de la potencia del escáner, el ultrasonido y luego la llegada de la resonancia magnética sembraron serias dudas sobre la perennidad de la medicina nuclear. Francamente temía su desaparición. En ese momento nos centramos casi exclusivamente en tareas de diagnóstico, que incluían principalmente escintigrafía del corazón y los huesos constituyendo el 98% de nuestro trabajo. Al mismo tiempo, estaba muy interesado en la terapia, que era un nuevo campo de experimentación, pero en ese momento todavía en estado embrionario. En 1975, establecí una pequeña unidad de investigación de cancerología nuclear, el año del descubrimiento de los anticuerpos monoclonales, centrando mi atención en el uso de los anticuerpos para la identificación del cáncer. Y entonces, como si fuera un milagro, el rescate de la medicina nuclear llegó con la PET (Tomografía por Emisión de Positrónes). De hecho, pocas personas lo creyeron, pero el PET se usó al inicio esencialmente para el linfoma. De hecho, fue tan eficaz que, cuando se combinó el escaner a las resonancias magnéticas, el escaner PET y la resonancia magnética PET se convirtieron rápidamente en el centro de referencia para la exploración en el tratamiento del cáncer.

¿Cómo ve la evolución de la medicina nuclear actualmente?

Jean-François Chatal : Me estoy haciendo una pregunta que no puedo responder: ¿qué va a pasar con los sistemas de emisión de positrónes con respecto al Tecnecio?  El Tc99m es el isotopo radioactivo más utilizado en el mundo de la imagenología escintigráfica. Actualmente se realizan más de un millón de escintigrafías de Tecnecio en Francia (2017), ocho millones en Europa y más de treinta millones en todo el mundo. Hay 4 veces más cámaras SPECT que cámaras PET. Podemos ver que en los Estados Unidos se ha producido una disminución del uso de Tecnecio con un lento aumento paralelo de las exploraciones PET. ¿Qué va a pasar en el futuro? En mi opinión, la PET se desarrollará y ganará terreno. Es significativamente superior incluso a las últimas cámaras CZT. La respuesta razonable o equilibrada sería, en el mejor de los casos, que las dos tecnologías coexistieran. Sin embargo, creo que los examenes PET van a ganar terreno. El número de nuevas moléculas PET es mucho mayor que el número de nuevas moléculas de Tecnecio! ¿Es eso suficiente? No lo sé, pero hoy para mí, el futuro de la medicina nuclear es la terapia. No se trata de una predicción improvisada”, hay elementos industriales y comerciales que apuntan en esa dirección. Pienso en particular en el hecho de que Bayer recientemente compró a Algeta, especialista en oncología, para hacerse con Xofigo, y Novartis adquirió Advanced Accelerator Applications (AAA) para su tratamiento de tumores neuroendocrinos, y por supuesto Novartis también compró Endocyte, con su tratamiento específico para la próstata. Y por supuesto está el caso de Atlab Pharma, que conozco bien pues la fundé en 2008 junto a Jean-Marc le Doussal y Jacques Barbet. La compañía fue vendida al laboratorio australiano Telix Pharmaceuticals el 11 de septiembre de este año. En ese momento, habíamos adquirido el uso exclusivo del anticuerpo J591 desarrollado por el equipo americano de Neil Bander en la Universidad de Cornell (Nueva York) y aunque todos los estudios clínicos se realizaron en los Estados Unidos, participamos en la elección de las indicaciones con excelentes resultados. De hecho, su equipo tenía una amplia experiencia en el desarrollo clínico de la oncología urológica. Su grupo desarrolló la primera serie de anticuerpos monoclonales utilizados contra el antígeno de membrana específico de la próstata (PSMA). Gracias en gran parte a los esfuerzos de Neil Bander, el PSMA es ahora reconocido como el antígeno de superficie celular más específico para el cáncer de próstata y un objeto de considerable interés para el mundo académico y biofarmacéutico. Creo que la quimioterapia probablemente está viviendo sus últimos años. La radioterapia inmunológica es ahora una alternativa más que creíble. Sobre todo, creo en una nueva categoría de radionucleidos fabricados por Arronax :los emisores alfa. Hoy en día las grandes farmacéuticas no están interesadas en el diagnóstico, se centran en la terapia, y en particular la terapia alfa. En Nantes estamos realizando un primer estudio de la terapia alfa mediante un emisor alfa que producirá Arronax. ¿Es la terapia alfa el futuro tratamiento para las afecciones residuales? Se ha demostrado en Nantes que si se toma una célula tumoral aislada, las partículas alfa son mucho más eficaces que los electrones de la radioterapia molecular para destruirla. ¿Se generalizará el uso de esta técnica? No lo sé. Pero ciertamente creemos que el futuro está en combinar la radioterapia molecular, alfa o beta con la inmunoterapia. Porque ya conocemos el potencial de sinergia con la inmunoterapia, que se vuelve más efectiva después del tratamiento con radiación ionizante, ya sea por radioterapia externa o por radioterapia molecular.

En el campo de la medicina nuclear, ¿Nantes aparece en el mapa?

Jean-François Chatal : ¡Yo digo que sí! Un rotundo si. Nantes aparece en el mapa porque todos los especialistas vinieron a visitar Arronax, el ciclotrón de alta energía de 70 MeV en el momento de su puesta en marcha el más poderoso del mundo. Él ha tenido tres hermanitos, evidencia de ese interés, en Indiannapolis, Moscú y uno último en Arizona encargado a la firma belga IBA. Para aumentar el valor de la producción de Estroncio 82, fundé con unos amigos Naogen Pharma. Desearía que ésta empresa sea el núcleo del sector industrial radiofarmacéutico en el Bajo Loira. Por eso, junto a mis colegas de Nantes, estaremos siempre agradecidos con Jean-Luc Harousseau, hematólogo de renombre mundial y entonces Presidente de la Región de los Países del Loira, por su apoyo en la creación del ciclotrón Arronax, dedicado a la producción de radionucleidos innovadores para la medicina nuclear. Hoy en día, todavía nos resta consolidar el negocio y juntar nuestras energías. He dejado el mundo académico para unirme al mundo de los negocios. Las dificultades no son las mismas. Actualmente estamos buscando fondos para llevar a cabo un estudio clínico, lo cual es sorprendente porque el Rubidio se ha utilizado desde los años 90 en los Estados Unidos. Se han estudiado decenas de miles de pacientes y se sabe que el rubidio es más eficaz que el Tecnecio, pero en Europa, se requiere un estudio europeo para demostrarlo además, para mejorar nuestra credibilidad y proponer una oferta más completa, hemos imaginado un segundo producto que sería un anticuerpo etiquetado con astatina 211 para llevar a cabo un primer estudio de terapia alfa y realizar la prueba de concepto de este nuevo tratamiento. En ese sentido, crearemos una filial de Naogen para desarrollar este nuevo producto. Después de 40 años en la academia, descubrí el mundo de los negocios, no es siempre fácil, pero sigo apasionado por la medicina nuclear y las posibilidades terapéuticas que ofrece a los pacientes.